Es la primera vez que cuento esto, pero creo que voy a compartirlo en el mejor lugar que podía hacerlo, entre compañeros. Mi primer día en un despacho de abogados. Acaba de llegar a Madrid. Venía de Granada. Había disfrutado de Madrid muchas veces, pero no como lugar de residencia y trabajo. Ahora daba comienzo allí a mi carrera profesional. Mi cara de novata mi primer día en el bufete debía de ser un poema, pero traté de guardar mis inseguridades en el rincón más profundo de mí misma. Tenía muy claro que no podía ser el problema de nadie, tampoco podía desaprovechar aquella oportunidad. Por eso, asentía a cuánto me decían tratando de que no se me escara nada. Aquella mañana me encomendaron repasar todos los expedientes activos y llamar a los procuradores y compañeros para ir dando impulso a los temas. Ninguna aclaración al respeto. Me dejaron sola en una sala abarrotada de papeles. Abrí las primeras carpetas y fui pasando los folios, procedimiento monitori...
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